miércoles, 24 de junio de 2009

Perfil del contribuyente

Psico sociología del hombre en la organización social

Perfil del Contribuyente

Andrés Cascio

La conducta humana, muestra pautas regulares, en ocasiones cíclicas, condicionadas por la vida colectiva.
El comportamiento habitual de las personas nos permite observar cierta clase de acciones que se repiten frecuentemente, la gente tiende a una conducta estandarizada.

La existencia de pautas sociales, no significa identidad completa de conducta, significa que hay elementos comunes, aspectos repetidos, que constituyen un comportamiento amasado por los entornos socio culturales y que dan lugar, en ocasiones a comportamientos característicos de algunos miembros de la sociedad, que podríamos aglutinar en un perfil específico o propio y que hallamos en determinados segmentos de la sociedad.

Aristóteles, definía al hombre como un ser que por naturaleza es un animal político, y este último termino podría interpretarse como social.
La sociedad, dividida o conformada en grupos sociales, instituciones, estructura social o clases sociales, términos que son usados como referencias de fenómenos sociales, (el desorden conceptual de estas terminología, no oscurece sin embargo el fondo de la situación); socializa al conjunto de miembros que lo integran, es decir al integrarlos ejerce una influencia que adapta, modifica o condiciona el pensamiento, dando lugar a un comportamiento grupal, en el que las pautas adoptadas dan lugar a una serie de actitudes asumidas, toleradas o incorporadas en el conjunto de personalidad como rasgos sociales en su perfil.

Si bien el ser humano parece poseer pocas destrezas y escasos conocimientos que formen parte instintual o subyacente de la personalidad, que provengan de su capital genético, y que le permitan sobrevivir por si solo en grupos; pero los avances de la psicología, nos permite deducir, que ese componente hereditario, al que podemos denominar temperamento, puede llegar a alcanzar entre un 15% a un 25% del componente total de la personalidad, pero en cualquier insuficiente como determinante de su conducta.

El comportamiento humano, es en gran medida resultado del aprendizaje y la experiencia; así el componente adquirido alcanza entre un 75% y un 85%, al que podemos denominar carácter y es la resultante de todos aquellos factores educativos, de cultura y socialización, que dan lugar al paquete ideológico del hombre, (entendido como el conjunto global de ideas de la persona) y por consiguiente de las habilidades y destrezas, que son derivadas de de la conceptualización ideológica.

La acepción psico sociológica de cultura, incluye lo que aprenden los hombres, como miembros de una sociedad, constituyendo sus modo de vida, su pensamientos, sus acciones comportamentales, sus creencias, hábitos y costumbres (Edgard Tylor, 1871).
Los patrones comunes, destaca George Murdock, sobre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, apropiado o inapropiado, son aportados por la cultura social. Así el concepto de cultura tiene que ver en gran medida con lo ideacional y se refiere a las normas, creencias y actitudes de acuerdo con las que actúan las personas.

La idiosincrasia personal, los condicionantes psico biológicos de la conducta, pueden ser influidos por la cultura.

Conducta son las manifestaciones del ser humano y el conjunto de operaciones por las cuales un organismo expresa sus posibilidades. El comportamiento o lo que es lo mismo la conducta de un ser vivo, son las características por las que este se manifiesta y se expresa.

La Conducta humana, tiene origen en las bases temperamentales y caracterológicas y dan origen a los actos, las actuaciones que representan lo conceptual que tienen origen en el componente ideológico, son las actitudes; El conjunto de las mismas; operaciones del lenguaje corporal y no verbal, operaciones o actos de comunicación, que obedecen a un motivo, un estado de excitación interna que da lugar la manifestación de una necesidad propia del ser humano (motivación) y la manera de expresarla, constituyen la conducta, que en resumen, es la manera de comportarse, conforme a su manera de ser.

La conducta expresa por tanto, los factores de aculturación, las normas o reglas que la gobiernan es decir pautas (Standard) sociales específicas, muchas de ellas interrelacionadas entre si, alrededor de una actividad o problema humano; Los usos y las costumbres, es decir la práctica convencional aceptada y aquellas que se derivan de los hábitos, que emergen gradualmente de la vida social y aunque carecen de continuidad y consistencia, debido a modos de los que se espera un cambio, pero siempre de los límites subyacentes de las costumbres arraigadas o cristalizadas en la ideología.

Por último hay que destacar el concepto de subcultura, que define las partes integrantes de una cultura y que obedecen a las pautas, usos y costumbres de un grupo social y las ideas emergentes de esos colectivos, que condicionan el comportamiento de los miembros de es grupo, organiza o pauta los roles de sus miembros.

En ocasiones el ser humano, desarrolla mecanismos bio psicológicos, para enfrentarse a la resolución de situaciones que le permitan vivir (vivenciar y vegetar), o si se encuentra ante una presión propia o de su entorno, desarrolla mecanismo de evitación, pero en cualquier caso, se ajusta a las pautas de comportamiento global.

La conducta mantiene tres áreas de interacción para hacer coherente sus manifestaciones, en el área intelectiva – racional es donde se encuentra el contenido ideológico y se trabaja la asociación de ideas, obedece a la evolución de la personalidad en lo que se refiere al desarrollo del pensamiento, lo puramente psicológico y los componentes sociales, que se condensan al aspecto cognitivo.

El área afectiva, receptora de las emociones del ser humano y que da lugar a las manifestaciones y comportamientos de aceptación y rechazo afectivo y por último elárea volitividad, que es receptora de aquello que hace referente a la energía del ser humano, la voluntad y que puede explicar la voluntad de poder y el poder de la voluntad, (C.J.Jung), estas áreas, que se interaccionan entre sí (Kant. Tetens y mendelssohn), dan lugar a la inteligencia emocional o las inercias actitudinales, que impulsadas por la voluntad, manejan componentes cognitivos, para activarlos o mediatizarlos por la influencia afectiva.

Esta interacción podría ser la explicación de que algunas manifestaciones adquiridas y a su vez aportadas por la cultura social y por consiguiente por las distintas subculturas, se acrecienten en el comportamiento humano, den lugar a inercias actitudinales y en ocasiones la presencia de una influencia emotiva, poco controlable, nos permita observar comportamientos poco coherentes con determinadas línea de pensamientos o en conflicto con determinado parámetros de la razón, que podrían explicar, una lógica conductal; ello explicaría que cuándo se cruzan distintos criterios ideológicos, creencias y estereotipos culturales, las personas actúan con distintos parámetros, (distintas varas de medir), que no siendo coherentes con la razón, son coherentes con su manera de ser; a su vez no todos los principios conceptuales son coherentes entre si, pero son aceptables en función o de las necesidades psico sociales internas (factores que desencadenan los motivos que se desprenden de las necesidades), o responden a intereses, mas o menos, lógicos que favorecen la supervivencia social, cargados de estereotipos o de factores que interaccionan estos intereses con los factores originados por los motivos internos, motivación.

Esa disposición del estado de ánimo, dispone para actuar frente a algo, es la actitud, la persona quiere hacer, en función de sus intereses, necesidades internas o factores sociales que aparecen y presionan el comportamiento; condicionando el acto y no respondiendo de manera integra al componente cognitivo, son juicios de valor, pre-juicios o actitudes, en definitiva de adaptación a los entornos.

En definitiva, la conducta real en contraposición con el comportamiento derivado, de determinados juicios de valor, correcto-incorrecto, aprobable – reprobable, responden a la inconsistencia del componente cognitivo, o a la lucha entre la conceptualización acuñada como paquete ideológico y motor de la conducta, con aquellos factores, derivados de necesidades psico – socio – afectivas, ( componentes motivacionales originados por factores externos a la personalidad o pre juicios conducentes a dar inestabilidad coherente al comportamiento.

Este concepto, derivado de la ética, cuestiona la deontología de las personas, es decir, el deber al que cada hombre se vincula en razón de la construcción cognitiva del pensamiento, en definitiva sus principios.

El contribuyente es una persona que obedece al perfil de cualquier ciudadano integrado en un proceso cultural definido y desarrollado en un medio social caracterizado por los factores de incidencia de las sub culturas a las que ha ido perteneciendo, es decir el contribuyente como todo ciudadano ha desarrollado evolutivamente su personalidad dentro del marco de diferentes entornos a cuyas influencias se ha visto sometido.

Dependiendo de los condicionantes que aportan los entornos educativos, en el seno de la socialización primaria (familia, allegados, etc.), el que conlleva, la escolarización y la formación académica o no, a lo largo de toda la vida; el ejercido por la influencia mediática, ( lo que además de los medios de comunicación de masas, incluye los grandes comunicadores sociales, cine, TV, libros, etc.), la estructura socio política del espacio desarrollo, (Régimen y sistema político, estructura del estado, características de los gobiernos mas próximos al ciudadano, como los ayuntamientos u otros organismos con influencia socio cultural, etc.); sin duda el entorno económico, que favorece un tipo de formación u otro y facilita o frena el acceso a una instrucción de tipo social, etc.; la estructura ideológica y el desarrollo cognitivo aí alcanzado dará lugar a un nivel de juicio critico determinado y por consiguiente ese nivel cognitivo, se reflejará en un comportamiento condicionado por el paquete ideológico adquirido.

O bien por la interacción de las otras áreas de la conducta, la volitiva y la socio afectiva, es decir en relación con las necesidades psico sociales internas de cada individuo, que dan lugar a sus motivaciones o los intereses, en los que se ve inmerso y que dan lugar a necesidades externas que presionan para conseguir su ajuste al medio social.

De tal forma, que si ha predominado la idea cultural, de que cualquier impositivo es negativo para el ciudadano, o se ha generado la creencia, que estos actos son para “uso y abuso del señor”, que se apropia injustamente de lo que no ha producido, el ciudadano, somete a juicio de valor negativo la imposición fiscal, pre juzga e inclina su comportamiento al rechazo fiscal.

En otras ocasiones el componente individualista de la personalidad, en el que ha sido educado, de manera competitiva, no en pocas ocasiones alejado de la conceptualización solidaria de la sociedad, poco dada a comprender al resto de la colectividad, desde la discrepancia, induciendo al ciudadano no en pocas ocasiones, al concepto de que solo se comparte aquello que lo beneficia y en cambio rechaza, cualquier aportación colectiva; lo que es una perversión en sí y constituye un trastorno psico-socio-patológico.

El contribuyente, no es mas que cualquier persona, que al convivir en una sociedad democrática, de régimen colectivista o que obedezca al derecho, se obliga de manera natural al cumplimiento con los otros miembros de la sociedad, dentro de los principios de igualdad, libertad y solidaridad y por consiguiente obedece al perfil de un hombre con el grado de madurez adecuado a su medio, con muy distintos componentes cognitivos y cuyo componente ideológico es igualmente diferente, pero integrado con valores cooperativos y con consciencia colectiva. Es una persona con una lógica educación para con la ciudadanía y pro activo con el estado donde se desenvuelve.

Teoría de las Diferencias

En cualquier caso, “no hay dos personas iguales sobre la tierra, de las que esas dos personas se alegran muchísimo” Otto.V. Bismarck, en efecto, las diferencias entre los seres humanos es una consecuencia natural, pero esas diferencias, sustantivas de profundidad o no, dan lugar a que estas, ideas diferentes, puedan chocar y eso da lugar al conflicto.
El conflicto puede ser originado en las diferencias sociales y culturales, educativas, de concepción política o económica o bien de raíz psicológica, en cualquier caso el conflicto es un trastorno relacional y si el conflicto se da entre sociedad y persona o entre estado y ciudadano, el conflicto es igualmente una patología socio cultural, de complementariedad, “estado-ciudadano o bien Grupo Social y persona”.-

El contribuyente, es un ciudadano cohesionado con su entorno, integrado en el, pero a su vez, desde su libertad contribuye al bienestar, pero también al equilibrio socio-económico en primer lugar y de complementariedad en segundo lugar. .-

No hay por tanto rasgos diferenciales entre los contribuyentes, a diferencias de contenido socio-cultural y volviendo a Aristóteles, si el hombre es una animal político y por ende social, el contribuyente es una persona que obedece a un perfil normal dentro de la sociedad, pero diferentes entre si.

Perfil del Defraudador

El defraudador, en cambio obedece a una persona que podría enmarcarse dentro la psico –socio – patología, observado, desde la óptica de la estructura socio cultural, de un estado democrático, responde a una perversión cultural del sistema, que por un lado lo educa en los valores comunes de la sociedad en la que vive y por la otra ejerce un influencia negativa, para que el delito sea percibido, como una actitud, normal, aceptable por los demás y en ocasiones hasta elogiada, por otros miembros, genéricamente también defraudadores, pero al formar parte un colectivo, a veces numeroso en cuánto a la concepción ideológica, se perciben como, actitudes normales, al igual que la neurosis, podríamos considerarla normal, por la cantidad de gente que la padece, sin embargo es un trastorno.

El defraudador, también se caracteriza por diferencias tanto psicológicas, como socio culturales, pero que son coincidentes en una serie de rasgos (signos o datos), característicos del perfil.

El estado me quita lo que es mío (o de mi familia, etc.)
Los impuestos son para sufragar los políticos
Las obligaciones del estado no son responsabilidad ni individual, ni colectiva del ciudadano, si no del estado.
No hago daño a nadie y mi familia gana (empresa o yo mismo)
Yo no les debo nada a nadie

Falta por consiguiente concepción de estado y conciencia social.

Por último el defraudador, caracterizado por el hecho de defraudar, se ajusta a patrones de conducta, que obedecen o bien a la simulación de cumplimiento y buen ciudadano o bien al ejercicio abierto de un cierto ingenio puesto al servicio del fraude y en ocasiones a ambas situaciones.
Recordemos que dentro sus patrones culturales, no está delinquiendo, es solo un acto de justa picardía, es de la misma manera, que el católico cuándo comete adulterio, esta efectuando un aventura, y si bien es pecado, es socio culturalmente tolerado y bien visto.

Así en el perfil del defraudador, se pueden observar otros rasgos del mismo tipo, en lo referente a otros comportamientos sociales insolidarios, poco integradores, con comportamientos que dan la imagen del “hombre políticamente correcto”, suele prometer incluso actitudes cooperativas, solidarias y de “Hombre socialmente justo, capaz y bueno”, pero mantiene en realidad comportamientos, no socialmente ajustado a una normalidad socio-cultural.

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